La Inteligencia Artificial (IA) es una “herramienta tecnológica” que ayuda a mejorar la atención sanitaria, con diagnósticos más rápidos y más seguros, lo que supone “beneficios evidentes para los pacientes”, pero en ningún caso debe sustituir el papel del médico, tanto en la función de validación de los diagnósticos y en el tratamiento necesario, según concluyeron los expertos que participaron en la jornada La medicina del futuro, inteligente y ¿artificial?, organizada por la Asociación de Hospitales de Galicia (Ahosgal).
El encuentro, celebrado hoy en Santiago de Compostela con la colaboración de DKV Seguros y Abanca, ha permitido conocer proyectos que se están aplicando en los hospitales públicos y privados y que permiten la simplificación de las tareas burocráticas de los médicos, mayor capacidad en el diagnóstico o bien la atención posterior a enfermos crónicos, como es el caso del proyecto Lola, que el grupo Ribera Salud está implantando en sus centros hospitalarios, como es el caso de Ribera Povisa de Vigo.
El presidente de Ahosgal, José Ignacio Vidal, aseguró que “no podemos renunciar ni prescindir de la Inteligencia Artificial en la sanidad. “Tiene muchas aportaciones positivas, que facilitan la labor de los profesionales, permite optimizar recursos y que beneficia al usuario, que es la parte más importante en la atención sanitaria,” explicó.
El médico seguirá
Vidal subrayó que es “evidente que el papel del médico se mantendrá” en el futuro, porque “seguirán siendo necesarios su conocimiento científico y la experiencia en la relación con el paciente y el entorno”. Además, “la IA aporta mayor seguridad a los usuarios y permite humanizar el tiempo de relación médico-paciente, con un trato más personal y directo, sin la mesa del despacho por medio”.
El presidente de Ahosgal advirtió que el “desarrollo de la IA en la atención sanitaria debe realizarse desde una óptica integradora, de colaboración público-privada, porque es importante aunar los esfuerzos y compartir los avances alcanzados para ponerlos a disposición de los usuarios”. “Debemos superar de una vez por todas la dicotomía entre sanidad pública y privada, porque las dos partes somos necesarias para disponer del mejor servicio sanitario” concluyó.
El vicepresidente de ASPE, Pedro Rico, defendió el esfuerzo de la sanidad privada para implantar nuevos proyectos tecnológicos basados en IA, que permiten que la atención sanitaria “sea más segura y más precisa”. No obstante, aseveró que en ningún caso supondrá la sustitución del médico. “La medicina es ciencia y arte, no solo ciencia y datos”, añadió.
Cambiará pero no tanto
Senén Barro, investigador, profesor de IA y director del CiTIUS de la USC, aseguró que la “medicina cambiará con el uso de la IA, pero no tanto” poque las máquinas están “años luz de los humanos”. No obstante, tiene capacidades para “ver cosas que no ve el ojo clínico y no dan puntada sin hilo”, en alusión a la precisión que aporta la cirugía robótica.
Según expuso, la IA no acabará con la función de los médicos, sino que realizará parte de las tareas rutinarias y burocráticas de forma automatizada y permitirá disponer de “más tiempo para realizar labores de más alto valor añadido”. Sin embargo, expuso su deseo de que la inteligencia artificial pueda ”cambiar la forma de enseñar la medicina”.
Por su parte, Ángel Carracedo, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Santiago y director de la Fundación Pública Gallega de Medicina Xenómica, explicó que la IA contribuirá a “reducir el tiempo de diagnóstico de las enfermedades” y destacó su papel fundamental en la realización del proyecto Xenoma Galicia, una iniciativa “ambiciosa muy importante”, que pretende secuencia el genoma de 400.000 gallegos. “No sería posible sin la IA para asegurar el manejo de los datos”.
En este sentido, la secretaria xeral técnica de la Consellería de Sanidade, Natalia Lobato explicó que el Gobierno gallego apuesta por “la transformación digital” del sistema sanitario para ser capaces de dar respuesta a la “creciente demanda de asistencia sanitaria” y abogó por el uso “ético de los datos”.
Por su parte, Benigno Rosón, subdirector de Sistemas e Tecnoloxías da Información de la Consellería de Sanidade, añadió que la IA es una “herramienta” que ayudará a “diagnosticar mejor, homogenizar la información y el tratamiento de los datos”, pero matizó que en el proceso de digitalización “no todo es IA”. “Hay que elegir las herramientas que mejor se adaptan a cada caso y las más oportunas”, añadió.
Una atención más humana
Carmen Ezquerra Bernad, responsable de desarrollo de salud digital en DKV, aseveró que los “beneficios potenciales de la IA constituyen un imperativo ético y moral para su uso”, porque contribuye a “mejorar los resultados de salud para todos”. No obstante, advirtió que existen algunas “barreras” que hay que superar, como son la “falta de estándares en los datos”, la “fragmentación del sistema de salud global”, las dudas sobre la “responsabilidad en la toma de decisiones” o la “falta de confianza y entendimiento de la salud digital”.
Joan Ferri Campos, director general de IRENEA y miembro del Instituto de Neurociencias de Hospitales Vithas, destacó en su ponencia los avances significativos de la integración de la inteligencia artificial (IA) en la rehabilitación neurológica. Así, resaltó la importancia de la IA no solo en la optimización de los tratamientos, sino también en el apoyo a los cuidadores, ya que algunos proyectos están transformando el enfoque de la rehabilitación mediante el desarrollo de mundos virtuales persistentes, técnicas de machine learning y deep learning. Además, abogó por el compromiso de integrar la ética y la bioética para asegurar tratamientos seguros, respetuosos y efectivos.