El hospital Ribera Povisa incorporará en las próximas semanas el PET-TAC a sus equipos de diagnóstico por imagen, como parte de un trabajo de renovación y ampliación de nuevas tecnologías en el que ha invertido tres millones de euros y que incluye también una nueva resonancia magnética y un nuevo acelerador lineal.
El PET-TAC, esencial en la detección de células tumorales, y el nuevo acelerador lineal suponen en conjunto una importante actualización tecnológica del hospital dirigida al diagnóstico y tratamiento oncológico. El equipo de mantenimiento del hospital y técnicos externos ya han desmontado el antiguo acelerador lineal, operativo hasta hace pocos días, e iniciado las obras de instalación del nuevo, cuyas dimensiones han obligado a modificar y renovar también el servicio de Medicina Nuclear. Este acelerador, valorado en 1,7 millones de euros, es un modelo de última generación que abre la puerta a la implantación de los tratamientos de radioterapia más avanzados que existen en el mundo. Es una tecnología, mucho más precisa, que permite la máxima dosis para destruir las células tumorales preservando la integridad de los tejidos sanos de vecindad. El nuevo acelerador reducirá también los tiempos de tratamiento, lo que supondrá un beneficio adicional para los pacientes.
Por otro lado, el hospital incorporará también una nueva resonancia magnética de alto campo, que incorpora los últimos avances en la calidad de las imágenes diagnósticas. Este equipo permite además mejoras importantes en el confort para los pacientes, como son la reducción del ruido percibido durante la exploración, la posibilidad de escuchar música, que el paciente podrá elegir, o, si lo prefiere, oír su emisora de radio favorita o aportar su propio USB con sus temas preferidos. Estas ventajas se acompañarán de una reducción significativa del tiempo de duración de la prueba.
La instalación de los equipos lleva incorporada una inversión importante en las salas donde se encuentran, con el objetivo de rodear al paciente de un ambiente agradable y relajante a través de imágenes y colores que hagan más llevaderas las pruebas, como es el caso de la sala donde se ubica la nueva resonancia magnética, que está decorada con una fotografía en gran formato de una puesta de sol en las islas Cíes.