El sábado 27 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Anosmia, la pérdida del olfato, una patología que ha adquirido especial relevancia en los últimos meses. No solo es uno de síntomas más frecuentes de COVID-19 sino que persiste mucho tiempo después en un porcentaje significativo de casos.
Según los datos publicados, se estima que un 50% de las personas que han sufrido la enfermedad ha tenido alguna afectación del gusto o el olfato, alteración que persiste más de 2 meses en el 15% de estos pacientes y se hace persistente en el 5%. Tras el impacto de la tercera ola de COVID-19, Galicia contabiliza más de 100.000 contagios, lo que implica que miles de personas sufren alteraciones del olfato tanto por pérdidas incompletas (hiposmia) como por la pérdida completa del sentido (anosmia).
“Estas alteraciones del olfato y del gusto no tienen un impacto grave sobre la salud pero afectan muy negativamente a la calidad de vida del paciente”, explica el Dr. Pablo Parente, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital HM Rosaleda, e incluso pueden tener consecuencias laborales en profesiones en las que ambos sentidos son esenciales (cocineros, sumilleres, etc.).
El Dr. Parente es el responsable de la Unidad de Anosmia que el grupo hospitalario abrió hace tres meses en el Hospital HM Rosaleda para dar respuesta a estos pacientes y cuyos resultados están siendo más que satisfactorios. “Hemos podido ofrecer a nuestros pacientes un diagnóstico objetivo y un tratamiento multidisciplinar que ha permitido altas tasas de éxito”, explica el especialista. Para el Dr. Parente es importante “convertir una sensación subjetiva, difícil de explicar por el paciente, en datos concretos que obtienen gracias a la olfatometría, una prueba esencial para poder diagnosticar y tratar los problemas del olfato y que sirven para establecer el tratamiento”. En algunos casos, el test olfatométrico se complementa con la realización de gustometría.
Olfatometría y rehabilitación, claves para recuperar el olfato
“El olfato es un sentido muy abstracto y sus alteraciones pueden pasar desapercibidas para el paciente. Según un estudio publicado por Hannum, el porcentaje de pacientes COVID-19 con alteraciones olfativas asciende al 77% si utilizamos una herramienta objetiva para el diagnóstico. La olfatometría permite diagnosticar y cuantificar la pérdida olfativa, saber si es completa o parcial y, en este último caso, valorar incluso el grado de hiposmia, lo que nos permite repetir la prueba a lo largo del tiempo y evaluar la evolución tras el tratamiento”, explica el Dr. Parente.
El especialista destaca que se han publicado diversos tratamientos para la anosmia, aunque hasta el momento, solo el uso de corticoides y la rehabilitación olfativa han obtenido suficiente evidencia científica para poder ser recomendados. La rehabilitación o entrenamiento olfatorio consiste en una estimulación frecuente de los receptores y la vía olfativa mediante la exposición a aromas diferentes a lo largo de un periodo de tiempo en el que va variando la estimulación. Los estudios han demostrado una mejoría de entre un 50 y un 60% de los pacientes con esta terapia, siendo las expectativas de éxito mayores cuanto antes se inicia este tratamiento.
Se trata de un tratamiento nada invasivo y relativamente sencillo, muy utilizado desde hace tiempo en diversos países de Europa y del mundo, pero que en España es todavía desconocido, pese a sus buenos resultados. “Cuando un paciente llega a consulta es porque lo está pasando mal por culpa de la anosmia y la mayoría no sabe que existe un tratamiento asequible y muy eficaz para su problema”, explican los especialistas en Otorrinolaringología de HM Rosaleda.
En la consulta de ORL es donde se realiza la primera evaluación, con una exploración endoscópica de las fosas nasales, y se solicitan las pruebas radiológicas necesarias. Después el paciente es derivado a una consulta específica donde se realiza olfatometría para determinar el grado y características de la pérdida de olfato. Con todos los datos, se establece un plan de tratamiento específico para cada caso. La valoración puede hacerse en cuanto la situación clínica y epidemiológica del paciente lo permite, ya que el tratamiento precoz mejora los resultados. Es conveniente hacer un seguimiento quincenal de los progresos hasta la recuperación del olfato.
En la mayoría de los casos el paciente nota resultados en las primeras semanas y buena parte de ellos recuperan el olfato en poco tiempo. En cualquier caso, la rehabilitación puede prolongarse el tiempo que sea preciso hasta completar la mejoría ya que no tiene efectos secundarios y se puede adaptar fácilmente a las necesidades de cada paciente.
Estudio del Servicio de Neurología de HM Hospitales
Un estudio preliminar del Servicio de Neurología de HM Hospitales, presentado en el I Congreso Nacional COVID-19, reveló que un 90% de los pacientes afectados por COVID-19 con anosmia recuperan esa función antes de 60 días. El estudio, realizado con 61 pacientes tratados en HM Hospitales de forma multidisciplinar por el Servicio de Neurología con la colaboración del Servicio de Otorrinolaringología (ORL) y especialistas del Grupo, señala también que un 10% de los pacientes atendidos persisten sin recuperar el sentido del olfato seis meses después de la infección por SARS-CoV-2.