Los expertos médicos en valoración de daño corporal alertan de que el esguince cervical (conocido como latigazo cervical) es la dolencia que genera más fraude en los accidentes, dada su complejidad en el contraste de su sanación y que constituye un “problema de salud pública”, según el doctor Carlos Represas, médico experto en valoración de accidentados de tráfico.

En el transcurso de la jornada sobre La Lucha contra el fraude en los accidentes de tráfico, una responsabilidad compartida, organizada por la Asociación de Hospitales de Galicia (Ahosgal), Carlos Represas indicó que “el latigazo cervical es el 80% de las lesiones causadas por un accidente de tráfico” y el 60% de las mismas “presenta algún tipo de fraude, ya sea por simulación o por exageración”.

Según alertó, el “latigazo cervical reúne cifras epidemiológicas, que debe ser considerado como un verdadero problema de salud pública” y propuso abordar el problema de forma conjunta y que “las sociedades científicas elaboren un protocolo estandarizado” para el diagnóstico y tratamiento de esta dolencia.

Carlos Represas señaló que el “latigazo cervical es la plaga del tráfico moderno”, común a todo el mundo occidental, y la “ironía de la traumatología actual”. “No tenemos ni idea porque le duele, si es cierto o es falso, si es por el accidente o por otra causa. Es imposible saber si el paciente miente o no”, agregó.

En este sentido, coincidió con el doctor Javier Díaz, médico de Mapfre, en que es necesario “incrementar el rigor en el diagnóstico” por parte de los facultativos que atienden a los lesionados de tráficos en los centros médicos y realizar “descripciones exhaustivas” para evitar posibles fraudes con simulación de lesiones o exageraciones de las mismas.

Los pacientes que buscan engañar con falsas dolencias presentan comportamientos similares, según reveló Javier Domínguez, jefe de la Unidad de Tráfico del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima, ya que “tratan de exagerar los síntomas, son reticentes a realizar pruebas diagnósticas, faltan a las citas y aparentan desconocimiento del problema de salud que padecen, a pesar de que han sufrido varias veces el mismo problema”.

El fraude es inaprensible

Miguel Ángel Vázquez, responsable de Análisis y Estudios de Unespa (Asociación Empresarial del Seguro de España), aseveró que el fraude es “inaprensible” y resulta difícil determinar a cuánto asciende en el ámbito de la atención sanitaria. Según precisó, en el año 2016 se registraron unas 347.717 víctimas con daños corporales, incluidos los 1.100 fallecimientos y a los que “hay que sumar unas 150.000 personas” que han generado alguna atención sanitaria como consecuencia de un siniestro de tráfico pero que non han generado ingresos ni incapacidades temporales de como mínimo un día.

Miguel Angel Vázquez apuntó que el fraude en el ámbito de los daños corporales representa el 6% del total de los lesionados de tráfico, según los datos de Unespa. “Y sigue siendo creciente, tanto en los casos del fraude amateur, como consecuencia de la crisis, como en los profesionales”. Así, señaló que en 2015 ascendió al 5% del total, aunque admitió que “se moderó el coste de las cantidades defraudadas, que se estabilizaron en el 6,2% del total”.

Según los datos de Unespa, Lugo es, después de Soria, la provincia que concentra más accidentes graves de España. Sin embargo, “Pontevedra, junto con provincias del Sur como Cádiz, Málaga o Sevilla, son las que concentra la tasa más alta de fraudes corporales por cada 100.000 habitantes”.

Miguel Ángel Vázquez reveló que las compañías aseguradoras están extremando las medidas de lucha contra el fraude ya que el “importe medio evitado” en el pago de daños corporales es de 5.815 euros por una inversión de investigación de 625 euros. “La ratio media, por cada euro invertido en investigación de fraude, es un multiplicador de 35. Las compañías aseguradoras están impulsando la investigación porque dejan de gastar dinero”, añadió. No obstante, alertó que en daños corporales es difícil realizar la investigación porque “quien defrauda es el contrario y las compañías no tienen los datos”.

La subdirectora de la Asesoría Médica del Consorcio de Compensación de Seguros, Dolores López Maestre, explicó que el fraude evitado en su organismo “representa la misma cantidad de la que se acepta pagar a las víctimas” y abogó por la colaboración mutua de todas las partes para evitar comportamientos fraudulentos.

Tipos de defraudadores

Por su parte, Juan Maside de Arriba, del Grupo de Investigación y Análisis de Trafico de Galicia (GIAT) explicó que hay tres tipos de defraudadores; “los particulares, que lo hacen de manera ocasional; los grupos organizados; y los profesionales del seguro, que cuentan con talleres, médicos o peritos”.

Además, apuntó que las modalidades de fraude se “pueden clasificar en tres tipos: simulación de siniestros, daños previos al accidente o simulación de las lesiones sufridas”. También apuntó que los indicios seguidos para esclarecer la falsedad de los hechos suelen ser “que los accidentes son mínimos y las lesiones elevadas; o bien que los daños materiales suelen ser elevados y no hay lesionados; o bien los daños se producen en vehículos que no coinciden”.

Por ello, Juan Maside alertó que hay “circunstancias negativas” en el comportamiento de las compañías de seguros que no contribuyen a esclarecer el fraude, como es el hecho de que “no peritan el vehículo culpable, solo a las víctimas” o la valoración de los vehículos “por matrícula”. También recriminó a las aseguradoras que sean “reacias a presentar denuncias penales”, ya que “se conforman con descubrir el fraude y evitar el pago”.

La jornada La Lucha contra el fraude en los accidentes de tráfico, responsabilidad compartida forma parte del compromiso de Ahosgal para defender las buenas prácticas en la asistencia sanitaria de calidad. “Consideramos que es fundamental hacer una puesta en común del modus operandi de los tramposos para poder desterrar el fraude, al menos en la parte sanitaria porque nos afecta a todos”, explicó el presidente de la Asociación de Hospitales de Galicia, Manuel López Pardo.