Tras dos años en los que la COVID-19 ha marcado buena parte de la actividad de los servicios de Medicina Interna, los especialistas del Hospital HM Rosaleda piden a la ciudadanía que no olvide otras patologías que necesitan atención. Es el caso de las enfermedades cardiovasculares, primera causa de discapacidad y muerte en las sociedades desarrolladas, como queda patente en los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Cardiología que muestran un incremento de la mortalidad cardiovascular del 2,8% en 2020 respecto a 2019.

“Las enfermedades cardiovasculares, como por ejemplo la enfermedad coronaria, cerebrovascular y arteriopatías periféricas, fueron la primera causa de muerte en España en 2019, siendo responsables de un tercio de los fallecimientos en nuestro país. Sin embargo, su incidencia ha disminuido en las últimas décadas pese a que son patologías muy ligadas a la edad y al aumento de la esperanza de vida y eso es debido a la prevención, motivo por el cual es necesario no bajar la guardia”, explica el Dr. Eduardo Granja, especialista del Servicio de Medicina Interna del Hospital HM Rosaleda.

Los expertos son conscientes de que la pandemia sufrida durante estos dos últimos años ha cambiado las prioridades en todo lo relacionado con la salud y ha afectado al contacto médico-paciente que se venía llevando a cabo en los centros asistenciales. “También hemos aprendido a valorar las actitudes preventivas ante una enfermedad transmisible como aspecto importante para nuestra protección”, asegura la Dra. Lara Mateo, especialista del Servicio de Medicina Interna de HM Rosaleda. “Esta cultura de la prevención debemos extenderla a las enfermedades no transmisibles y el paradigma de ellas son las patologías cardiovasculares por su frecuencia, por los devastadores efectos que provocan y porque una actitud preventiva sobre los factores de riesgo ha demostrado gran eficacia en la reducción de sus indeseables efectos”, añade la Dra. Mateo.

Factores de riesgo

Tabaquismo, hipertensión, diabetes, colesterol, obesidad y sedentarismo son los principales factores de riesgo cardiovascular, un concepto que mide la probabilidad de que un paciente pueda tener un evento cardiovascular en un plazo determinado de tiempo. “A grandes rasgos podemos dividir ese riesgo en bajo, medio o alto y, dependiendo de ello, propondremos unas medidas u otras a cada paciente”, explica la Dra. Lucía Alvela, jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital HM Rosaleda. “En nuestro Servicio de Medicina Interna evaluamos los factores de riesgo cardiovascular de cada paciente para diseñar un plan de tratamiento y seguimiento individualizado, en caso necesario”, señala la Dra. Alvela.

Una parte importante en la modificación de estos factores de riesgo cardiovascular depende de actuaciones que fomenten hábitos de vida saludable: abandono del tabaco, ejercicio físico, dieta equilibrada, que permita una adecuada distribución de los nutrientes evitando el acúmulo de grasa, y controlar el estrés y la tensión emocional. Pero en muchas ocasiones se precisa la ayuda de profesionales. Las últimas actualizaciones, a nivel mundial, del tratamiento de estos factores de riesgo son cada vez más exigentes en los objetivos que se recomiendan alcanzar, pero cada vez hay tratamientos mejores y más eficaces para lograrlo.

Por ello, todo el equipo del Servicio de Medicina Interna de HM Rosaleda lanza el mensaje de que un nuevo tiempo post-pandemia nos tiene que acercar de nuevo a la prevención, en concreto a la prevención cardiovascular, preocupándonos de hacer visitas de control con nuestros médicos, de realizar analíticas periódicas para la determinación de alteraciones metabólicas y, sobre todo, llevando unos hábitos de vida saludables que nos procuren un mejor estado de salud.