El Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima presentó ayer, en el transcurso de una charla del programa Vithas Aula Salud, un decálogo sobre cómo prevenir y actuar ante la bronquiolitis, una enfermedad vírica que causa cada año en nuestro país 10.000 ingresos hospitalarios. El Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima pertenece al grupo Vithas que cuenta en toda España con 19 hospitales y 26 centros especializados denominados Vithas Salud.

Las pediatras de la Unidad Materno Infantil del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima han pronunciado ayer jueves una charla titulada El invierno se acerca ¡Y la bronquiolitis! incluida en la programación de Pediatría de Vithas Aula Salud, el programa del grupo Vithas de formación gratuita a la ciudadanía en materia de salud.

Así, según expuso la pediatra en su intervención, la bronquiolitis aguda, BA, es una infección respiratoria producida por un virus generalmente por el virus respiratorio sincitial, VRS, que inflama los bronquiolos o conductos más pequeños que llevan el aire dentro del pulmón. Afecta a los niños y niñas menores de dos años, sobre todo, a los menores de seis meses, durante los meses fríos, en nuestro país entre noviembre y marzo.

Es una enfermedad con una gran carga de morbilidad, ya que no solo afecta la fase aguda si no que el 35-50% de los niños infectados, presentaran tos y sibilancias recurrentes en los meses posteriores, con una alteración en la calidad de vida de los niños y sus familias

De hecho, según han explicado las pediatras del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima en su charla, la mayoría de los niños se contagian de este virus los primeros meses de su vida y solo padecen un ligero resfriado, pero otros presentan una bronquiolitis más grave y el 20% llegan a requerir ingreso y cuidados hospitalarios.

El contagio es a través de mocos y saliva, por medio de objetos y superficies contaminadas por lo que se debe evitar ambientes cerrados y poco ventilados, y muy especialmente, si se ha fumado.

Síntomas

Los primeros síntomas son similares a los de un cuadro catarral, con un aumento de mucosidad y tos, resolviéndose en pocos días; son los lactantes más pequeños, sobre todo los menores de 6 meses, que la infección inflama los bronquiolos y el bebé empieza a tener dificultades para respirar, con una respiración rápida, moviendo mucho el abdomen y marcando las costillas. También es habitual que se escuchen silbidos u otros ruidos al auscultar al niño.

Al no respirar bien, es frecuente que algunos niños tengan dificultad para alimentarse, e incluso pueden llegar a presentar algún vómito o atragantamiento. Los bebés con bronquiolitis pueden tener fiebre, aunque no suelen tener infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos.

La doctora aconseja acudir al médico cuando el bebé respira muy agitado; la piel se hunde en las costillas; rechaza comer o lo hace con dificultad; está muy agitado o dormido; la fiebre es alta; hace pausas respiratorias; emite un ronquido al respirar; tiene tos intensa; o si sus labios o uñas se vuelven espontáneamente de color azul

Según indicó, los niños prematuros y los que tienen enfermedades de corazón, pulmón o deficiencias inmunológicas, son los que, a priori, son más vulnerables a desarrollar BA. Cuanto más pequeño sea el lactante, especialmente los menores de tres meses, también son especialmente susceptibles de desarrollar esta enfermedad.

Decálogo de la prevención

En su exposición ante el grupo de padres y madres participantes en la charla, se presenta la campaña “#StopBronquiolitis” cuyo objetivo es sensibilizar y prevenir la bronquiolitis promovida por Alianza Aire. Se recomiendan medidas mediante un decálogo para proteger del contagio de la BA

Según este decálogo, para prevenir la bronquiolitis hay que lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o solución hidroalcohólica, especialmente antes y después de tocar al niño, así como limpieza de juguetes y objetos que utiliza; prolongar la lactancia materna al menos hasta los seis meses, evitar contacto con personas con síntomas de infección respiratoria; evitar totalmente la exposición al humo de tabaco, así como los ambientes con alto riesgo de contagio

Es conveniente evitar los lugares concurridos, especialmente donde haya muchos niños; usar siempre pañuelos desechables y ventilar todos los días la casa, son otros consejos para prevenir la enfermedad.

Si el bebé ya la ha desarrollado la bronquiolitis, es bueno que antes de comer y dormir le despejemos las fosas nasales haciendo un lavado nasal; elevar un poco la cabecera de la cama o cuna les ayudará a respirar mejor.

Los niños con bronquiolitis tienen poco apetito y se cansan durante las tomas con facilidad; por lo que fraccionar las tomas les puede ayudar. Por último, si el bebé tiene fiebre, hay que administrarle antitérmicos (paracetamol) o destapar un poco al niño, o darle baños con agua templada, según las indicaciones del pediatra.

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